martes, 4 de mayo de 2010

Brumas del puerto y otros efectos



He entrado aquí sin mucha idea sobre que escribir, solo intento tantear que hacer a veces con esta vida tan redundante...tan de mierda mía, como tuya. Más que buscarle cosas para entretenerme creo que juego a ver si es que le atino a estar haciendo lo mismo que tú en algun lugar. Quiza entrar al cuarto y ver televisión, fumar un poco.

Hace ya mucho tiempo atras vengo con la idea permanente de dejarlo todo, mi familia, amigos y algunas cosas sin importancia que hacen de este personaje de historieras lo que es hoy. Lo que profundamente desearía que fuera uno de esos sueños a ojos abiertos cuando estas en el salón de clases.

"Tan densa es la disconformidad en estos días que hasta se puede respirar y morder" (diria mi abuelo), días que en vez de ser tildados de provechosos con arduas jornadas de labor justificadas, mas parecen ser mañanas y tardes en la aventura de un naufrago.

Tú sabes bien de que hablo mi muy querida amiga, te has vuelto mucho más parecida a ese balón llamado "Wilson" que vigila en silencio a Tom Hanks. Foto a regañadientas impecable.

Cuantas veces no he dicho: "Todo esto me llega al pincho!...", cuantas cuantas...que ya siento las manos y el cerebro atrofiados de tanto estrujar y recordar los momentos donde confirmabamos con cabal que la vida era buena y reíamos con inocencia.

¿Qué ha pasado y como hemos llegado al fín hasta aquí?.

A veces creo que debería existir una grabación completa de la existencia misma para revobinar y poder formular soluciones futuras, claro, si hubiera hecho eso no estaría escribiendo esta noche de aburrimiento que...al final aburrimiento nose de qué, quiza de mí mismo.

Y si me permites decirlo de tí también. De tu rostro, de tu olor en mi chaqueta, de tu piel entre mis labios brotando aromas a flores del Edén...seguro del Edén. Solo ahora quisiera saber si es tan facil adivinar a que hueles esta noche de bruma, hoy y después de tantas veces que has asomado por el mismo balcón esperando a tu principe con los píes en la ventana.

Sí, ese que no era yo. Felizmente ahora con una sonrisa, me pregunto donde estara el "Don de Versalles" que sin duda sigues aguardando en vela.

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Nuestro aliento frío trastorna las miradas,
yo quiero creer que no es verdad.
Que ni en un millon de años regresarían

las añoranzas de la decada pasada
ni los recuerdos de antaño...pero ahí estas,
tú mi preciado compañero, trayendo en brazos
a la mujer que por vez primera juré amar.

Como quien prometió la salvación a un corazón,
como quien a probado un dulce trago de pasión.

Y yo sin saber qué es esa herejía del amor.



  

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